Tan importante es la evolución musical, como el recordar y preservar la
música que ha gestado el futuro. Ry Cooder, el poderoso guitarrista
rescata un séquito de músicos olvidados
por el tiempo y produce una de las máximas joyas musicales a nivel mundial.
Cuba, cuna de sonidos y expresiones vivió en la década de los 40´s y 50´s
su época de oro, destacando las grandes orquestas y clubes donde se reunía la
gente a divertirse y sentirse por un momento liberados de todos los tragos
amargos. Pero los tiempos cambiaron, asuntos políticos abrumaron a un pueblo y
esa época dorada termino con la censura de todos los centros nocturnos.
Castigando y obligando a los músicos que trabajaban en ellos a ocuparse en
otros empleos.
Tres décadas después Ry Cooder un incansable de los sonidos viaja a Cuba
con la intención de grabar un disco de música afrocubana, pero el destino sabio
de las cosas hace que los músicos africanos no lleguen a Cuba, quedando solo
Eliades Ochoa y Cachaito López, músicos cubanos, como integrantes del proyecto.
En las próximas semanas se dan a la tarea de buscar y reclutar a aquellas
leyendas que incluso algunos creían muertos. Sin darse cuenta se habían encontrado con artistas de la talla
de Compay Segundo, Rubén González, Omara Portuondo, Ibrahim Ferrer y algunos otros músicos de menor edad pero
con gran talento que sin duda enriquecieron y dieron su alma en el álbum.
Con la maquinaria lista se dispusieron a ensayar en los estudios EGREM
de la Habana, bajo la tutela del mismo Ry Cooder y Juan de Marcos González. Sin tener un
repertorio seguro y con la magia que solo músicos de esta categoría pueden
crear, se fue formando lo que en el futuro se llamaría "Buena Vista Social
Club". La grabación del álbum duro apenas 6 días y fue bautizado en honor
a un antiguo club llamado "Buena Vista Social Club" en el cual se habían
presentado con gran éxito integrantes de la banda como: Compay Segundo, Ibrahim
Ferrer como cantante de grandes orquestas, etc.
El disco toca cada uno de esos ritmos que florecieron en épocas del club
como: el son, el bolero, la guaracha, etc. todos los temas contienen una magia
especial y fueron arreglados de manera exquisita. "Chan chan", un son
que enchina la piel con todo tipo de sonidos clásicos y esa guitarra slide de
Cooder, el gran himno de Buena Vista Social Club. Continua "De camino y vereda"
el sabor del campo que sin querer te hace mover los pies. "El Cuarto de
Tula” gran ritmo y la maestría de Barbarito Torres en el laúd, con esas manos
que parecen candela. Rubén González, virtuoso
pianista aporta "Pueblo nuevo" y "Buena Vista Social Club"
como pasajes instrumentales tan bellos y melancólicos que te harán sentir en el
calor de esos viejos clubes cubanos. "Dos gardenias para ti" el gran
lujo del álbum, bolero excepcional que solo la sensible y honesta voz de Ferrer podían cantar. La melancólica
voz de Compay Segundo que el tiempo ha desgastado pero afilado en sensibilidad
se hace presente en "Y tu que has hecho", "Amor de loca
juventud" y "Orgullecida" esta última con una guitarra que hace
recordar el sonido twang. Otro gran lujo "Veinte Años" Omara y su voz
incomparable, no se puede decir otra cosa, la perfección hecha canción.
"El carretero" guajira y campirana en la voz del maestro Eliades
Ochoa acompañado con su tres cubano.
"Candela" tema alegre y coqueto en la voz de Ibrahim Ferrer.
El disco cierra con la triste "La Bayamesa" cantada por Puntillita.
Buena Vista Social Club, obtuvo gran éxito a nivel mundial tanto así
para recorrer EUA y todo Europa además de haber ganado múltiples premios. Al
final el destino pago la gran deuda con este grupo de hombres que entregaron su
corazón a la más grande de sus pasiones, la música.
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